“Más que hermanos, éramos camaradas”, dice Francisco Kraus

(Blogs El Correo 11-09-09)

Alfredo Kraus“Más que hermanos, éramos camaradas”. Con estas palabras, Francisco Kraus, hermano del tenor Alfredo Kraus, expresó la relación tan especial que le unía a su hermano, del que sólo se lleva un año de diferencia. Ayer se celebró un homenaje al gran tenor grancanario con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento y se hizo una ofrenda floral en la plaza que lleva su nombre en el barrio de Rekaldeberri, inaugurada hace ya 8 años, a la que asistieron el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, y la Asociación Musical Alfredo Kraus (AMAK).

A Francisco Kraus se le hizo entrega de una copia firmada de un cuadro del pintor Iñaki García Erguin y se le veía muy emocionado recordando a su hermano. “Alfredo era un gran artista pero también fue un buen hijo, padre y amigo. Fue un hombre con grandes facetas de admirar”. Contaba que había mucha afinidad entre ellos y que iban siempre juntos a pasear, a la playa…e incluso empezaron a cantar juntos en el coro del colegio.

También el alcalde, Iñaki Azkuna, mostró su admiración por el músico. “Alfredo Kraus se merecía este homenaje ya que Bilbao disfrutó con su voz. Fue un portento como tenor que contribuyó a la cultura y tuvo un afán de superación extraordinario. Fue uno de los grandes tenores de Europa y dejo una impronta extraordinaria en Bilbao”.

Por su parte, el vicepresidente de AMAK, José Antonio Solano, quisó contar una anécdota del tenor ya fallecido. “Alfredo comenzó en la segunda mitad de los años 50 y se matriculó en una compañía donde cantaban los mejores del mundo. A pesar de que él era novato, quedó a la altura de sus compañeros de reparto de primer orden”.

En el homenaje había varios seguidores y amigos de Kraus. “A parte de gran tenor, hay que destacar la gran humanidad que tenía y su sencillez. Un fenómeno como persona”, asegura Mari Trini Larrinaga, socia de AMAK.

Alfredo Kraus nació en Las Palmas en 1927. Tras debutar en el Teatro Real de El Cairo en 1956 repitió el éxito obtenido en los escenarios más importantes de Turín y Londres. En 1960 actuó por primera vez en La Escala de Milán, encarnando el personaje de Elvino en La Sonnambula, y seis años después debutó en el Metropolitan House de Nueva York otra vez con Rigoletto.

Kraus ha sido considerado como el mejor tenor de su generación, destacándose su perfección técnica, la claridad de dicción y su dominio del agudo. Los críticos han justificado la longevidad de su carrera en su cuidado repertorio que se limitó a la música que mejor adaptaba su voz. En 1991 le concedieron el Premio Príncipe de Asturias.

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