Una avería en la catenaría deja media hora sin metro a la margen derecha
(EL CORREO 04-07-09 Estíbaliz Santamaría y Edurne Valdivielso)
Una pieza de metal cayó desde el puente de Asua al sistema de alimentación e interrumpió el servicio a la altura de Lutxana
Un nuevo contratiempo alteró ayer el servicio de metro. Esta vez fue la margen derecha la que se quedó sin trenes durante media hora. La causa fue ajena a Metro Bilbao. Una de las piezas metálicas que recubren el puente de Asua, bajo el que circula el suburbano, se desprendió y golpeó contra la catenaria entre las estaciones de Lutxana y Lamiako. El golpe activó el sistema de seguridad que protege las instalaciones de cualquier anomalía eléctrica. Este protocolo detiene el suministro de energía a los trenes para evitar incidentes de tensión.
La caída de la chapa que, según informó la dirección de Metro Bilbao, «estaba oxidada y en muy mal estado», se produjo a las 10.30 de la mañana y los equipos técnicos que se desplazaron al lugar necesitaron media hora para detectar el problema y repararlo. Retiraron los restos de piezas defectuosas del puente, para lo cual fue precisa la utilización de una motosierra, detallaron desde el suburbano. Los técnicos restablecieron entonces el suministro eléctrico y el servicio se reanudó de manera progresiva.
Como un zoco marroquí
Sin embargo, los retrasos acumulados afectaron al tramo en superficie de la Línea 1 durante gran parte de la mañana. Metro Bilbao alabó la colaboración ciudadana durante el incidente. «Gracias al civismo de los usuarios que han atendido las instrucciones del personal de Metro para reorganizar el servicio, el problema se ha subsanado rápidamente». Aunque la gravedad del incidente es menor, la de ayer fue la segunda avería que padece el metro en diez días por causas externas. Si la pasada semana un error en las obras de ampliación del hospital de Cruces provocaba un socavón en uno de los túneles, afectando también a la catenaria, esta vez ha sido el cubrimiento de un puente lo que ha alterado el suministro de energía y ha dejado en el andén a centenares de usuarios.
La reacción de los usuarios oscilaba entre la resignación y el humor ácido. «En la estación de Leioa se han juntado los pasajeros de tres metros y aquello parecía un zoco de Marruecos, abarrotado de gente», aseguró Maite Oxinalde. Esta vecina de Sopelana se quejaba de que el metro se paró a las 10.20 y tardaron 20 minutos en decirles que había un problema. «Cuando se restableció el servicio, un señor nos hizo gestos para que entrásemos en los vagones. Parecíamos bueyes, pero íbamos como sardinas en lata».
«He montado a las 11.05 en Gobela y he llegado a Basarrate una hora más tarde, cuando suelo emplear la mitad de tiempo», destacaba Diana Popescu. Mari Mar Corral no tuvo tanta paciencia. Iba a coger el metro a las 10.30 para ir de Erandio a San Ignacio. «He estado esperando al autobús pero estaba lleno de gente, así que he ido caminando hasta San Ignacio porque no quería llegar tarde al Inem», afirmó Corral.
Lina Bustamante iba de San Mamés a Barakaldo, cuando de repente se paró el metro diez minutos en San Ignacio. «Hemos tenido que cambiar de metro y nos han cerrado las puertas muy rápido. Últimamente hay bastante desorganización». «Me ha extrañado tanta gente esperando», dijo Dolores Ruiz. Ella había cogido el metro para ir con su hijo al médico a San Ignacio.